El Antes:
Era el día 29 de julio del 2009 cuando llegó a nosotros una grata y sorpresiva noticia: Caja Lúdica está invitada a Sao Paulo Brasil para ser parte de la Red Latinoamericana de Teatro en Comunidad y del elenco de la obra teatral “El Quijote” de Santiago García. La noticia nos llenó de alegría y lo primero que hicimos fue seleccionar a los 5 representantes del colectivo que participarían de tan maravillosa experiencia: Catalina García, Mariela Aguirre, Juan Carlos Betancourt, Víctor Hugo Martínez y Renato Maselli.
Debíamos montar la escena No. XI “La aventura de la princesa Micomicona” para lo cual estuvimos leyendo, investigando y reflexionando acerca del texto y de cómo integrar elementos de la cultura guatemalteca en la dramaturgia de la obra. Hablamos con nuestro compañero Víctor Barillas quien se encargó de la dirección artística de nuestra puesta en escena y con Julia Victoria Escobar quién apoyó como asistente de dirección.
Nuestro montaje giró en torno a la cosmovisión maya basándonos en los relatos del Popol Vuh, el libro sagrado de los Mayas Q’ichés. Nos imaginamos qué podría pasar con el Quijote si en uno de sus tantos viajes y aventuras se encontrara con los personajes míticos de la ancestralidad guatemalteca y fue así como relacionamos a la princesa Micomicona con la princesa Ixmucané y de allí en adelante nos dejamos llevar por la historia y la imaginación que ella nos provocaba.
Cuando nos pusimos a estructurar nuestro guión, nos dimos cuenta que estábamos cambiando la dramaturgia del texto original, esto nos llevó a varias discusiones porque no estábamos seguros si íbamos por el camino correcto, por lo cual enviamos el guión adaptado al maestro Santiago García para así definir qué camino tomar. Nunca obtuvimos respuesta, por lo que decidimos aventurarnos y desarrollar la historia que concebimos en grupo. Víctor Barillas nos apoyó en nuestra decisión y comenzamos a sumergirnos en la historia y cosmovisión Maya. Su aporte fue muy valioso para nosotros por su experiencia y trabajo desarrollado en comunidades Mayas en la recreación de distintos montajes artísticos a partir de sus tradiciones, vivencias y expresiones comunitarias.
Fue un mes y medio de ensayos continuos preparando la escena la cual terminamos con mucha satisfacción y la compartimos con nuestros compañeras y compañeros antes de viajar a Brasil. Nos fuimos con mucha alegría por el trabajo realizado pero con muchas expectativas e incertidumbre por lo que nos esperaba en este proceso con los otros grupos que también hacían parte de esta locura.
Todo esto nos parecía un sueño, una fantasía que no podíamos terminar de asimilar. Hasta que estuvimos sentados en el avión, nos dimos cuenta que ya estábamos embarcados en una nueva aventura, como Don Quijote y su barca encantada. Al hacer escala en el aeropuerto de Panamá, la magia de esta experiencia se empezó a vislumbrar al encontrarnos con las miradas de otras personas integrantes del grupo de teatro Carlos Ancira de México, quienes estaban encargados de montar la escena III “El encuentro con los leones”, un encuentro inesperado, fraterno y alegre.
El durante:
Nuestro sueño se hizo realidad, pisamos tierras brasileñas en donde nos recibieron calurosos abrazos, sonrisas llenas de amor y carne, mucha carne. El espíritu se llenó de emoción y de toda la energía de los seres que habitaban ese espacio.
El primer día de encuentro, llegamos a la sede del Instituto Pombas Urbanas en Ciudad Tiradentes, Sao Paulo, un lugar mágico lleno de amor y hermandad que nos cautivó y nos incitó a entregar toda nuestra energía para lo que venía. La sede de Pombas, situada en el corazón de la comunidad Tiradentina, un galpón gigante que abre sus puertas a niñas, niños, jóvenes y adultos, un espacio diverso y colorido en donde nos encontramos con un cálido teatro llamado “Vientre de Lona”, una biblioteca comunitaria, centro de cómputo, salones de ensayos, área de producción de escenografías y vestuarios, cocina y área para actos cirsences; todo al servicio de la comunidad, para la formación artística, el encuentro y la convivencia.
Luego de haber recorrido cada rincón de este hermoso lugar, que hace 5 años solamente era un lugar olvidado y paredes sin techo, se unieron las manos de nuestros hermanos y hermanas latinoamericanas en un círculo de conexión en el que dignificamos la vida, el arte, el teatro, la comunidad, la humanidad. Luego nos fuimos a conocer el teatro de SESC Pompeia en donde se realizaría la presentación de la obra, en el marco del II Congreso de Cultura Iberoamericana. Allí se planificaron las actividades y la agenda general del proyecto.
Para el día sábado 19 de septiembre, fuimos invitados a participar en una comparsa en Barro Branco Zona Leste, un barrio en donde la gente no ha tenido acceso al arte y la cultura y ahora se iniciará la construcción de un Centro Cultural. La comparsa recorrió las calles de la comunidad, llenando los espacios de alegría, fiesta y sonrisas, en donde distintos personajes festivos interactuaban con las personas del lugar. Fue un momento muy emotivo en donde tuvimos la oportunidad de compartir con los niños y niñas y toda la gente del barrio, pero lamentamos que no hubiesen participado todos los integrantes de El Quijote, ya que era un regalo para la comunidad.
Mientras tanto, en la sede Pombas, se comenzó a fluir el proceso para la construcción de El Quijote, el maestro Cesar Badillo dio las pautas para la presentación de las escenas las cuales se empezaron a presentar en orden cronológico (3 por día). A medida que se iba presentando cada grupo el director iba dando las acotaciones y cambios que se debían hacer a cada escena para poder dar ilación a la estructura general. Los primeros días fueron muy intensos y un tanto complicados tanto para los grupos como para el director porque cada grupo llevaba una propuesta muy diferente a los demás y poder unificar la obra fue un reto muy grande para todos los involucrados en la ella.
Por fin llegó el momento de presentar nuestra propuesta, estábamos muy nerviosos porque sabíamos que nuestra escena era muy distinta a las demás, ya que abordábamos al Quijote y a Sancho Panza como personajes caricaturescos, mientras que los que narraban la historia eran demasiado reales no era ese el objetivo ya que estos personajes en el guión original eran quienes engañaban al quijote para llevarlo de regreso a su casa, así que desde este momento la escena tomo otro rumbo ya que se necesitaba que cuadrara en el marco general de la obra. Fue una experiencia muy enriquecedora primero porque nos sentimos muy reconocidos y valorados por el trabajo realizado, pero por otro lado porque la escena planteaba una dramaturgia que quebraba la estructura del Quijote y por esto mismo era necesario realizar una quiropráctica como decía el maestro para que esta escena pudiera encajar.
Nos dispusimos a realizar el trabajo propuesto por Cesar más fue un trance difícil para el grupo porque genero tensión y desavenencias porque nos costo muchísimo soltar para dejar que las cosas fluyeran mejor.
Los directores se reunieron para definir que hacer, así que se nos asigno el acompañamiento del director Chileno Victor quien muy amablemente nos compartió su conocimiento y nos ayudo con las intenciones para el trabajo del texto. Estuvimos atentos a sus indicaciones y dispuestos a dejar que las cosas fluyeran mejor… la escena fue adquiriendo otra dinámica y se fue fortaleciendo a medida de que la fuimos ensayando, fue muy importante y valiosa la colaboración de las compañeras de Colombia Irley, Ximena, Giset quienes se encargaron de manejar el teatrino y se conectaron con nosotros con mucha disposición y entrega. Paso el tiempo y como grupo logramos entender muchas de los acontecimientos sucedidos durante toda esta gran aventura y por fin sentimos que logramos cohesionar nuestra escena con los otros grupos.
Para nosotros todo este proceso fue muy enriquecedor por los aprendizajes y la dinámica que generó. Esto generó el diálogo intercultural, reflexiones, discusiones e intercambios que permitieron encontrarnos, reconocernos, superar nuestros egos y resistencias, evaluar nuestros procesos creativos y trascender de la individualidad a la colectividad.
Así que todo tomo un rumbo en el que todas y todos los integrantes de la obra debíamos aportar para hacer de esta una gran fiesta teatral en la que cada uno ponía su granito de arena para que cada vez la obra se fuera consolidando y fortaleciendo en pos del beneficio común.
Por ello fue muy importante la participación de cada persona que aportó en la logística y producción del evento, la comunidad, las familias que asistían al galpón, las mujeres que prepararon y sirvieron los alimentos que nos daban las fuerzas y nutrientes para continuar, las personas que amablemente aseaban el espacio para que estuviéramos en un ambiente sano y tranquilo, el equipo de producción que estaba siempre pendiente de cada detalle y cada elemento que debía realizarse, el equipo de comunicación que estuvo inmerso en toda la experiencia para sistematizar imágenes y vivencias durante todo el procesos creativo, las mujeres de la biblioteca que estaban pendientes de que entráramos a comer, todos y cada uno de los integrantes de Pombas Urbanas que siempre estaban pendientes de lo que necesitáramos para apoyarnos, en fin cada ser que se sumo aunando esfuerzos y grandes voluntades para que todo este sueño se hiciera realidad.
En cuanto a la producción y puesta en escena cada elemento era sumamente importante y por ello más importante aún la conexión y responsabilidades que se asumían dentro de este espacio en el que se confabularon magos creadores para la realización y coordinación de luces, escenografías, vestuarios, elementos y materiales necesarios para cada una de las escenas de la obra.
Fue muy interesante la mezcla de ritmos y sonoridades que le dieron vida a la atmósfera de la puesta en escena general, pero mucho más interesante ver convivir a tantos seres sumergidos en el mundo de la música que con gran virtuosismo lograron entenderse y fundirse como uno solo para gestar una gran obra maestra en tan poco tiempo y esto por el esfuerzo y la voluntad que prevalecieron hasta terminar la obra.
El montaje de las luces fue tenso y agotador ya que las energías de quienes estaban encargados de dicha labor eran fuertes y divergentes, lo que generaba un punto de quiebre en el proceso y trabajo de grupo, sin embargo el director tuvo toda la cordura y paciencia necesaria para que esto no quebrantara todo lo que ya se había construido, todos supimos escuchar y entendimos que esta un trabajo que solo el de las luces, apoyo técnico y director podían solucionar, hasta que por fin se logró el cometido.
El tema de la estética en cuanto a vestuarios genero un poco de controversia y tensión ya que cada uno de los países llevaba su propia propuesta en los vestuarios de Don Quijote, Sancho y los personajes que acompañaban, así que fue bien la desición de unificar algunos elementos para menguar un poco los contrastes y así equilibrar un poco la estética de la obra…
En cuanto al trabajo de actuación quedo mucho por trabajar pero fue grande e importante el esfuerzo que cada integrante del proceso inyecto a la experiencia, de hecho es un proceso que no termina pero que logramos entender y sabemos que aún queda mucho por hacer sin embargo no se puede dejar de mencionar la fuerza que fueron adquiriendo los personajes a medida que fue evolucionando la obra, además de que se lograron bastante bien las transiciones para cambios de escenas tanto a nivel musical, de tiempo, espacio y actoral, se logró solucionar ese vacío lo que permitió que la obra lograra esa unidad que tanto buscábamos.
El Quijote es una gran puesta en escena que no podremos olvidar y se quedará grabada en nuestro cuerpo y memoria hasta el momento en que nos volvamos a encontrar para ponerla de nuevo en las tablas y reafirmar nuestro encuentro y consolidación de la red de hermanos latinoamericanos.
Creemos que la historia apenas comienza, que hemos dado el primer paso y estamos convencidos que El Quijote saldrá de este encantamiento para entrar en otro que nos sumerja en otras historias y aventuras en las que se sigan conjugando la magia de cada una de las culturas de los diferentes países latinoamericanos, derrumbando fronteras, reconociéndonos y valorando la riqueza de esa gran diversidad cultural.
El después:
Entre fiestas, tambores, risas, abrazos, besos y mucho amor, nos despedimos con un hasta pronto, con el deseo de volvernos a encontrar y continuar con esta vertiginosa aventura que sin lugar a dudas, marcó un momento que pasará a la historia del teatro latinoamericano y del cual nos sentimos orgullosos y complacidos de haber formado parte de este maravilloso grupo de seres humanos.
Agradecemos a todas y todos los integrantes de Pombas Urbanas por su entrega, pasión, dedicación y todo el amor que nos brindaron. Al equipo de producción por su histrionismo y voluntad para sacar adelante este sueño. Al maestro César Badillo por la paciencia, humildad y dedicación que brindó a este proyecto. A Santiago García por habernos hecho soñar y aventurarnos. A todos los seres que se confabularon para llevar a cabo este encuentro de teatro en comunidad que nos acercó como amigos, como hermanos.
Deseamos que para el próximo encuentro tengamos al oportunidad de tener más contacto con la comunidad para intercambiar experiencias y así poder conocer un poco el contexto a nivel histórico y social de los lugares que se habiten para que realmente estemos creando teatro desde la comunidad, para la comunidad, un esfuerzo en el que nos podamos involucrar más de cerca a las vivencias de la gente.
Que no muera el sueño...
Y ahora de regreso en estas tierras Mayas, nos sentimos felices y con la convicción de que nos encontraremos en otro lugar, para seguir construyendo sueños y utopías, un mundo más justo, más humano.
Porque todos y todas… tenemos un Sur…
¡GRACIAS!
Con el corazón:
Mariela Aguirre
Catalina García
Julia Victoria Escobar
Juan Carlos Betancourt
Renato Maselli
Víctor Hugo Martínez
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