El encuentro de la Red Mesoamericana de arte “Caleidoscopio” realizado en Nicoya, Costa Rica, tuvo como algunos de sus resultados la alegría, la celebración de los abrazos y la configuración de una identidad fuerte entorno al arte comunitario como eje común para la transformación de nuestros pueblos. La energía nacida de hechos artísticos concretos como las peñas, las comparsas, y la creatividad individual de cada uno de los asistentes generó una especie de encuentro que estuvo mucho más allá de la reflexión pesada que comunmente generan las grandes jornadas de planificación. Aderezado de creatividad, emoción y calorcito nicoyano, el trabajo reflexivo y participativo al interno del encuentro terminó aclarando la novedad y multi-formidad con que se mueven las redes en tiempos donde estos modelos cambiantes y abiertos permiten un crecimiento acelerado de conocimientos y una proyección regional eficiente de las practicas locales.
El día primero fue un acercamiento espiritual a la ancestralidad de la Gran Nicoya, el disfrute de comida típica en la cofradía de la Virgen de Guadalupe, la experiencia de muerte-renacimiento en el temascal que tuvo lugar en playa Buena Vista. El día segundo inicia la labor de trabajo colectivo en torno al reconocimiento de cada uno de los convocados, empieza el trabajo de integrarnos en un solo punto de visión, el foro de arte x la vida que da pie a un acercamiento muy directo de cada una de las experiencias que a nivel local se desarrollan a favor de un arte comprometido con el cambio y la dignificación de lo más humano que subyace a la cultura. El tercer día es una metáfora viviente con telas que, alrededor de las áreas verdes de la Universidad Nacional, dibujaban una especie de flor-caleidoscopio cargada de juego, disfrute y conciencia. Sumergidos en una dinámica con niveles de participación distintos, emociones y colores diversos se recreó una imagen real de lo que es el trabajo en red, una especie de juego multicolor donde todos y todas aportamos desde distintos sitios, posiciones y tiempos. Ese día la peña y el pasa-calle unieron al colectivo en el parque de la comunidad, despertando sonrisas, esperanzas e ilusiones en una juventud motivada por el aire fresco de la recreación, la lúdica y el acceso al arte.
El final, que es un nuevo comienzo, llegó con los vientos de lluvia que anuncian la fe, la nuevas milpas por sembrar en el solar de esta Mesoamerica donde coinciden las sonrisas de los abuelos y abuelas que nos han precedido. Definir comité, desarrollar mediante refranes el tema de la incidencia política, imaginarnos en el 2050 como sería el encuentro y quienes estarían en él fueron algunos de los elementos que sirvieron de base para dibujar el esquema de un caleidoscopio que a menos de un año va girando y provocando cambios radicales en la forma en que cada uno de sus miembros ven y configuran su mundo.
Ahora toca esperar algunas conclusiones y documentos para leer detenidamente, también corresponderá visualizar que tareas nos esperan este año, que retos nos aguardan y en que espacios y escenarios seguiremos coincidiendo para decir a viva vos con el compañero Samuel : "Seguimos vivos, seguimos vivos, seguimos vivos"...
Desde San Martín de Nicoya
les saluda con ternura
Olman Briceño
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