Este sábado 27 una buena multitud de jovenes con atuendos exóticos y risas sonoras llegaron hasta el parque "El Guanacaste" en el corazón de la ciudad capitalina, para participar de la gran comparsa Mega-diversa. A eso de las 11 de la mañana arañas gigantes, tapires descomunales y árboles caminantes empezaban su aparición en el mismo sitio alimentando la curiosidad de trauseuntes y vecinos.
La algarabía y los abrazos se conjugaron con la angustia y la expectativa de todos los convocados a la gran fiesta de zancos, tambores, movimientos y colores que empezó a eso de las dos de la tarde teniendo como protagonistas a más de cien jóvenes de todo centroámerica que se unieron para llevar alegría y color a un pueblo que aún sufre la incertidumbre política y condiciones socio-económicas bastante adversas.
Con las caras pintadas de amor y con la consigna del cambio en el corazón, la batucada, los títeres, y la juventud convocada hizo vibrar el corazón de la ciudad. El punto más alto del día fue a las cuatro de la tarde cuando la comparsa llegó a las inmediaciones del museo nacional. Ahí los tambores del proyecto Gritón se juntaron con la batucada "Rakata" de Arte Acción y se armó una bailadera que duró alrededor de hora y media.
La fiesta fue memorable y el rostro de ese pueblo alegre y deslumbrado por tanto color y belleza hizo que tanto despliegue de trabajo y esfuerzo colectivo valiera la pena.
Hay muchos corazones que seguir abrazando y moviendo al ritmo que la juventud va marcando en medio de tiempos donde, a pesar de los reveses, se siente un aire de renovación e inspiración en el centro de esta America donde las posibilidades siguen siendo infinitas.
La algarabía y los abrazos se conjugaron con la angustia y la expectativa de todos los convocados a la gran fiesta de zancos, tambores, movimientos y colores que empezó a eso de las dos de la tarde teniendo como protagonistas a más de cien jóvenes de todo centroámerica que se unieron para llevar alegría y color a un pueblo que aún sufre la incertidumbre política y condiciones socio-económicas bastante adversas.
Con las caras pintadas de amor y con la consigna del cambio en el corazón, la batucada, los títeres, y la juventud convocada hizo vibrar el corazón de la ciudad. El punto más alto del día fue a las cuatro de la tarde cuando la comparsa llegó a las inmediaciones del museo nacional. Ahí los tambores del proyecto Gritón se juntaron con la batucada "Rakata" de Arte Acción y se armó una bailadera que duró alrededor de hora y media.
La fiesta fue memorable y el rostro de ese pueblo alegre y deslumbrado por tanto color y belleza hizo que tanto despliegue de trabajo y esfuerzo colectivo valiera la pena.
Hay muchos corazones que seguir abrazando y moviendo al ritmo que la juventud va marcando en medio de tiempos donde, a pesar de los reveses, se siente un aire de renovación e inspiración en el centro de esta America donde las posibilidades siguen siendo infinitas.
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